Un emisario del papa Francisco pidió perdón a los católicos habitantes de una región de Chile que habían protestado por el nombramiento de un obispo en el 2015.
El papa Francisco me ha encargado pedir perdón a cada uno de los fieles de la diócesis de Osorno y a todos los habitantes de este territorio, por haberlos herido y ofendido profundamente, expresó el arzobispo Charles Scicluna en los inicios de la misa.
Los emisarios del papa lograron reunir en la catedral de Osorno a feligreses profundamente divididos por la controversial figura del ex obispo Juan Barros.
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Centenares de feligreses no pisaban la catedral hace más de tres años y decenas no ocultaron su emoción por regresar al templo donde el domingo también recibieron al administrador apostólico de la diócesis, Jorge Concha, que tiene la difícil misión de acercar a los bandos hasta ahora irreconciliables.
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El papa en ese entonces había llamado a los osorninos tontos y zurdos por no aceptar al obispo, sobre quien no había pruebas de ser un encubridor de abusos sexuales, como afirman las víctimas del cura pedófilo Fernando Karadima, formador de Barros y de otros cuatro obispos.
Scicluna y el sacerdote Jordi Bertomeu fueron enviados por el pontífice a esta ciudad del sur a escuchar a los feligreses y además se vieron presionados a oír testimonios de víctimas de abusos sexuales. Más de una veintena de personas sintieron la urgencia de ser escuchados por los emisarios.
Hasta la noche del sábado la asistencia de ambos bandos era incierta, pero gestiones de última hora de Bertomeu convencieron a los grupos de asistir y de no protestar dentro del templo.